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El techno es un género de música electrónica que surgió en Detroit, EEUU, hacia mediados de los años 1980.
La
primera grabación que empleó la palabra techno como referencia a un
género musical data de 1988. En la actualidad existen multitud de
estilos de techno, si bien está generalmente aceptado que la génesis del
género se encuentra en el detroit techno y en sus precursores.
El
origen del techno se encuentra en la fusión de ciertas corrientes de
música europea, basadas en el uso experimental del sintetizador, con
diferentes estilos de música de raíz afroamericana como el funk, el free
jazz o el primer electro. A esto se añade la influencia de una estética
y temática de corte futurista, basada tanto en la ciencia ficción como
en algunas ideas de la obra de Alvin Toffler. El propio término techno
deriva del concepto de «techno rebels» presente en el libro La Tercera
Ola del sociólogo estadounidense Alvin Toffler. Esta combinación de
ideas acerca el techno a un tipo de estética conocida como
afrofuturismo.
La prensa especializada y los seguidores
del techno critican el uso poco riguroso que en ocasiones se da al
término, pues a veces se confunde con otros estilos diferentes con los
que nada tiene que ver, como el dance o el trance.
Kraftwerk,
un grupo de música alemán que comenzó su carrera a principios de los
años 1970, tiene una influencia considerada fundamental en toda la
música popular posterior, y especialmente en la electrónica. Su estilo
se enmarca dentro de un movimiento más amplio que tuvo lugar en Alemania
conocido como krautrock. El cuarto álbum de Kraftwerk, Autobahn (1974),
fue el que le convirtió definitivamente en un fenómeno internacional.7
Es un disco pionero que contiene los primeros elementos de géneros como
el synth pop o el electro, estilos directamente relacionados con el
techno que surgiría pocos años más tarde.
Desde 1977 hasta
mediados de los años 1980 se emitió en Detroit un programa nocturno de
radio llamado Midnight Funk Association. Conducido por The Electrifying
Mojo, su original enfoque lo hizo popular, causando un considerable
impacto en la forma de acercarse a la música de toda una generación de
oyentes. The Electrifying Mojo tenía que moverse de emisora en emisora
debido a una arriesgada programación que le costó varios despidos, pues
su propuesta se salía del canon comercial habitual y del tipo de radio a
la que la comunidad afroamericana estaba acostumbrada. En su espacio se
podía escuchar una personal selección de estilos y artistas que podía
incluir soul clásico, Kraftwerk, nuevos románticos ingleses, P-Funk, The
Clash o música clásica.
Este programa sirvió de
inspiración para numerosos productores locales afroamericanos como Juan
Atkins, Derrick May, Kevin Saunderson (conocidos como The Belleville
Three por el instituto de Detroit donde estudiaban) y Eddie Fowlkes.
Influidos por el sonido electrónico alemán y la tradición musical negra,
comenzaron a producir con sintetizadores un tipo de música que
compartía elementos con el electro que artistas como Afrika Bambaataa
hacían en aquella época en otros puntos del país.
Juan Atkins fue el pionero de todos ellos, al formar a comienzos de la década de 1980 junto al veterano de Vietnam Rick Davis el grupo electro Cybotron. Entre sus producciones se cuenta el que es considerado como primer tema de techno de la historia, «Alleys Of Your Mind» (1981), o canciones que sentarían las bases del género como «Clear». El grupo se dotó de una estética futurista y relacionada con la ciencia ficción que se refleja tanto en su música como en la temática de las canciones y en el nombre del propio género. De la obra del futurólogo Alvin Toffler fueron tomados términos como Cybotron, Metroplex o techno.
Juan Atkins fue el pionero de todos ellos, al formar a comienzos de la década de 1980 junto al veterano de Vietnam Rick Davis el grupo electro Cybotron. Entre sus producciones se cuenta el que es considerado como primer tema de techno de la historia, «Alleys Of Your Mind» (1981), o canciones que sentarían las bases del género como «Clear». El grupo se dotó de una estética futurista y relacionada con la ciencia ficción que se refleja tanto en su música como en la temática de las canciones y en el nombre del propio género. De la obra del futurólogo Alvin Toffler fueron tomados términos como Cybotron, Metroplex o techno.
El
sonido de Detroit estaba profundamente influido por la música
afroamericana estadounidense, especialmente por géneros como el soul y
el funk, y en particular por el P-Funk de Parliament. El estilo de su
teclista Bernie Worrell, uno de los primeros músicos de funk que cambió
el teclado Hammond por un sintetizador, influyó notablemente sobre la
forma de tocar de los impulsores del techno.14 La combinación de la
tradición negra con la música que venía de Europa, en particular el
krautrock, el italo disco de Giorgio Moroder y la experimentación
generalizada que tenía lugar con sintetizadores, dieron como resultado
ese primer sonido techno.
Derrick May lo describió con una frase que se ha hecho célebre:
«El techno es un gran error, como si George Clinton y Kraftwerk se quedaran atrapados en un ascensor y solo tuvieran un sintetizador para hacerles compañía».
«El techno es un gran error, como si George Clinton y Kraftwerk se quedaran atrapados en un ascensor y solo tuvieran un sintetizador para hacerles compañía».
En general, se pueden identificar varias
características básicas en el detroit techno. Cuenta con patrones
rítmicos muy marcados, normalmente con una estructura basada en un
compás de 4/4 cuyos tiempos son claramente acentuados. Al mismo tiempo,
conserva la sonoridad del funk, lo que se manifiesta en las líneas de
bajo, en el uso de «strings» (arreglos de cuerda sintetizados) o en las
vocales. Finalmente, su estética futurista y de ciencia ficción toma
forma en las letras, en los motivos de las canciones o en el artwork de
los discos.
Existe una conexión directa entre el techno y
la escena que se había formado a comienzos de los años 1980 en Detroit,
con la música house que se estaba desarrollando en la misma época en
Chicago y con la cultura de club de esta ciudad. Esta relación ha
provocado que temas creados en Detroit como «Strings of Life» de Derrick
May (publicado bajo su alias Rhythim Is Rhythim) sean hoy considerados
clásicos tanto del género techno como del house.
Se ha
sugerido que el techno de Detroit es previo al house de Chicago, y que
éste se desarrolló gracias a una caja de ritmos que Frankie Knuckles
compró a Derrick May. Según esta versión, esa caja de ritmos guardaba
varios patrones rítmicos compuestos por el productor de Detroit que
posteriormente fueron utilizados en la gestación del nuevo sonido de
Chicago.
Desde mediados de la década de 1980 surge en el
Reino Unido un interés creciente por la música house. En las fiestas que
tenían lugar en Ibiza, destino habitual del turismo británico, varios
DJs ingleses conocen el house de Chicago y el extasis. Entre ellos se
encuentran Paul Oakenfold, Mark Moore o Graeme Park, DJs que se
encargarían al regresar a Inglaterra de extender esta música y la
llamada ecstasy culture por todo el país a través de sus sesiones en
ciudades como Londres, Manchester y Nottingham, y posteriormente en
Sheffield y Leeds.
Hacia finales de la década, la música
house se había generalizado en Inglaterra y el acid house era cada vez
más popular gracias a fiestas en discotecas como The Haçienda o Shoom.22
También empezó a desarrollarse una subcultura de fiestas ilegales o
raves, que se multiplicaron a partir del llamado «Verano del Amor» de
1989. Tanto en estas fiestas como en los clubs se ponían los ritmos
importados de Ibiza junto al muy popular acid, si bien poco a poco
comenzaron a pincharse también discos de techno importados desde
Detroit. Es la época en la que las raves se convierten en un fenómeno
masivo, pobladas por jóvenes impulsados por el MDMA que toman el house
como banda sonora generacional.
El éxito del house y del
acid allanó el camino para la aceptación del nuevo sonido de Detroit. En
1987, Neil Rushton, dueño del sello Kool Kat Records y ex DJ de
northern soul, se puso en contacto con Derrick May, quien le facilitó
una copia de su inminente tema «Strings of Life». La canción causó
sensación entre los clubbers más jóvenes de la época. Dos meses después
de la conversación, May viajó hasta Inglaterra con algunos de sus discos
para, tras negociar con el empresario, alcanzar un acuerdo comercial
mediante el que editar un recopilatorio con lo mejor del sonido de
Detroit. Este álbum, que originalmente se iba a llamar The House Sound
of Detroit, terminó cambiando finalmente de nombre después de que
Atkins, May y Saunderson decidieran denominarlo de forma que no
pareciera un subgénero regional del house, sino un auténtico género
musical con entidad propia. A partir del tema «Techno Music» de Juan
Atkins, el disco se llamó Techno! The New Dance Sound of Detroit, siendo
publicado en 1988.
El disco no vendió demasiadas copias
al principio, pero después, cuando el tema «Big Fun» de Inner City
contenido en el recopilatorio empezó a escalar posiciones en las listas
de éxitos, cada vez más gente fijó su mirada en ese nuevo estilo que
venía de Detroit. Y pronto se hizo mundialmente conocido.
A
medida que el sonido original se iba desarrollando hacia finales de los
años 1980 y principios de los años 1990, también empezó a ampliar su
espectro estilístico lo que hasta entonces se había llamado techno. Éste
pasó a incluir desde proyectos musicales de corte pop como el de Moby
hasta colectivos con profundos sentimientos anti comerciales como
Underground Resistance, o artistas que comenzaron a experimentar con
sonoridades jazz o ambient. En esta época, el sonido techno pasó a gozar
de un gran seguimiento underground en Reino Unido, Alemania y Bélgica.
El crecimiento de la popularidad del techno entre 1988 y 1992 se debió
en buena medida a la escena rave.
En EEUU, fuera de las
escenas locales de Detroit, Nueva York y Chicago, el interés por el
techno se reveló limitado. Los productores de Detroit, frustrados por la
falta de oportunidades en su propio país, comenzaron a fijarse cada vez
más en Europa. A esta primera ola de expatriados se unió pronto una
segunda generación de productores originarios mayoritariamente también
de Detroit. Se les conoce como la «segunda ola», y entre ellos se
encuentran Carl Craig, Octave One, Jay Denham, Kenny Larkin y Stacey
Pullen. En esta corriente se puede incluir también el colectivo
Underground Resistance, con el que el techno se hace más duro y adquiere
un contenido de reivindicación política.
Underground
Resistance (UR) fue formado hacia 1990 por Mike Banks y el DJ Jeff
Mills, a los que pronto se unió Robert Hood. Posteriormente se les
fueron adhiriendo otros colaboradores, como el dibujante de cómics Alan
Oldham, el veterano James Pennington, productores como Blake Baxter o el
grupo Scan. Bajo el paraguas del colectivo, que también sirvió de sello
discográfico, publicaban todos ellos indistintamente sin que muchas
veces se supiera exactamente quién era el autor de cada disco, pues UR
hace del anonimato una de sus señas de identidad. Underground
Resistance, además de continuar el desarrollo del detroit techno hacia
un campo musicalmente más corrosivo y ácido, también le aporta una
dimensión política: un concepto militante que se alejaba del futurismo
escapista de sus predecesores y tenía más que ver con un cierto universo
cyberpunk.
Según pasan los años, el estilo se va tornando
duro y minimalista, progresivamente se van eliminando los elementos más
reconocibles de la esencia soul y los temas se hacen cada vez más
sintéticos. Se trata del minimal techno, uno de cuyos mayores exponentes
es el disco Minimal Nation de Robert Hood (1994). Al mismo tiempo,
comienzan a aparecer progresivamente artistas que sin ser oriundos de
Detroit se pueden vincular con la escena techno de la segunda ola. Tal
es el caso del canadiense Richie Hawtin. Hawtin compartiría inicialmente
el sonido de UR, si bien no su concepto ni ideología. Junto a John
Acquaviva fundó el sello Plus 8 Records, muy popular en la década de
1990.
Gran Bretaña contribuye al desarrollo del techno con
varias aportaciones estilísticas novedosas entre finales de los años
1980 y principios de la década de 1990. Aunque éstas comparten ámbito
geográfico, distan entre sí tanto en estructuras como en concepto
musical. Son subestilos que surgen como consecuencia de un mismo motivo:
la demanda cada vez mayor de música de baile en Inglaterra y Europa que
los músicos estadounidenses no eran capaces de cubrir completamente.
Este hecho provocó que un número creciente de jóvenes europeos se
lanzaran a producir techno por sí mismos.
El bleep and
bass (también conocido como «Yorkshire techno») es el tipo de sonido
desarrollado en el norte de Inglaterra entre 1989 y 1991, especialmente
en Sheffield. Combinaba elementos del garage house de Chicago con el
primer detroit techno. Es considerado como la primera música de baile
puramente inglesa.
Destacan artistas como Unique 3, Nightmares On Wax o LFO.
El acid techno surge alrededor de 1991 y 1992 a partir del acid house. Sus impulsores utilizan los sonidos «ácidos» característicos del acid house, que son creados principalmente gracias al sintetizador de bajo Roland TB-303, pero en lugar de aplicar este instrumento en las composiciones cálidas y melódicas típicas del house lo utilizan enmarcado dentro de patrones techno más duros y enfocados al ritmo. Este tipo de sonido fue llevado a cabo por músicos como Aphex Twin, Mike Dred o Dave Clarke.
El acid techno surge alrededor de 1991 y 1992 a partir del acid house. Sus impulsores utilizan los sonidos «ácidos» característicos del acid house, que son creados principalmente gracias al sintetizador de bajo Roland TB-303, pero en lugar de aplicar este instrumento en las composiciones cálidas y melódicas típicas del house lo utilizan enmarcado dentro de patrones techno más duros y enfocados al ritmo. Este tipo de sonido fue llevado a cabo por músicos como Aphex Twin, Mike Dred o Dave Clarke.
La intelligent dance music (abreviada
en su acrónimo «IDM») trata de hacer del techno una música escuchable
también fuera de la pista de baile, buscando la experimentación y su
cruce con otros estilos. En sus inicios, la IDM toma importantes
elementos del ambient y los combina con el tipo de sonido atmosférico de
creadores de Detroit como Carl Craig o Derrick May. Los primeros en
desarrollar este nuevo sonido son artistas como Michael Golding
& Steve Rutter bajo el seudónimo B12. La popularidad del
subgénero llega gracias al recopilatorio Artificial intelligence lanzado
por el sello Warp Records en 1992, donde se incluían temas de los
anteriores y de otros artistas como Autechre, Speedy J y Aphex Twin.
Éstos y otros como LFO, Future Sound of London o The Black Dog serían
los primeros en concebir un universo musical cada vez menos orientado
hacia la pista de baile, y en cambio mucho más enfocado hacia la
abstracción y la experimentación.
En Alemania, y de modo
paralelo a lo que ocurrió en el Reino Unido, creció el interés popular
por la música electrónica de baile en diferentes puntos del país a
partir de los años 1980. En Fráncfort funcionaba uno de los clubs más
veteranos de Europa, el Dorian Gray Technoclub, con una programación
originalmente orientada hacia la EBM. En Colonia se desarrolló una
importante escena acid, mientras que en Múnich el pinchadiscos DJ Hell
se convirtió en el gurú local de estos sonidos. En Berlín, los DJs
Westbam y Dr. Motte crearon UFO, primer embrión de la escena berlinesa
de fiestas ilegales, y cofundaron la Love Parade. Tras la caída del Muro
de Berlín en 1989, la escena de fiestas libres techno creció por toda
Alemania del Este, consolidándose una escena rave comparable a la que
existía en la época en el Reino Unido.
Hacia 1991, varios
espacios dedicados a las fiestas de música electrónica cerraron (entre
ellos UFO) y la escena techno de Berlín quedó centrada en torno a tres
lugares próximos al Muro: Planet (más tarde llamado E-Werk por Paul van
Dyk), Der Bunker y el más longevo Tresor fundado en marzo de 1991.39 En
este último fue donde se desarrolló una cierta estética paramilitar
dentro de la comunidad techno, posiblemente como expresión del
compromiso de la corriente influenciada por el sonido de Underground
Resistance. Además, la conexión con Detroit se tradujo en programaciones
donde compartían cartel «héroes locales con invitados de excepción como
UR y Eddie Fowlkes», así como una estrecha colaboración con la división
discográfica del club.
Progresivamente, los DJs alemanes
fueron intensificando la velocidad y dureza del sonido, de modo que el
techno con reminiscencias acid de principios de los años 1990 empezó a
trasmutar en hardcore o techno hardcore. Se trata de un sonido
fuertemente influido por el gabber holandés y el hardcore belga. Otras
influencias que dotaron de personalidad a este estilo fueron la EBM de
mediados de la década de 1980, cuyos grupos más representativos eran
DAF, Front 242 y Nitzer Ebb. Los seguidores de este tipo de techno
alemán lo llamaban en la época «Tekkno» o «Bretter».
Tras el hardcore, el techno toma varios caminos en Alemania en la primera mitad de los años 1990. Hacia 1992 comienza a hacerse cada vez más popular el sonido místico del trance, preconizado por DJs como Dr. Motte o Sven Väth. Alemania también participa de la explosión creativa del ambient techno de la época.42 Otra ramificación del género tiene lugar hacia mitad de la década cuando surge en Berlín el llamado dub techno de la mano del proyecto Maurizio, que operaba desde la plataforma del sello Basic Channel. Este género híbrido entre la electrónica de club y el dub jamaicano es una manifestación del minimal techno y ha inspirado e influenciado a toda una generación de productores como Pole, Monolake, Richie Hawtin, Scion, Vladislav Delay o Deadbeat.
Tras el hardcore, el techno toma varios caminos en Alemania en la primera mitad de los años 1990. Hacia 1992 comienza a hacerse cada vez más popular el sonido místico del trance, preconizado por DJs como Dr. Motte o Sven Väth. Alemania también participa de la explosión creativa del ambient techno de la época.42 Otra ramificación del género tiene lugar hacia mitad de la década cuando surge en Berlín el llamado dub techno de la mano del proyecto Maurizio, que operaba desde la plataforma del sello Basic Channel. Este género híbrido entre la electrónica de club y el dub jamaicano es una manifestación del minimal techno y ha inspirado e influenciado a toda una generación de productores como Pole, Monolake, Richie Hawtin, Scion, Vladislav Delay o Deadbeat.
En 1993,
el sello alemán Tresor publicó el álbum recopilatorio Tresor II: Berlín
& Detroit - A Techno Alliance,44 reflejo de la importancia que
tuvo la conexión entre ambas ciudades. A través de esta «alianza» ambas
ciudades y escenas musicales se beneficiaron mutuamente, pues el detroit
techno logró una importante difusión internacional al tiempo que Tresor
ganó en respeto y reputación. En la práctica, esta colaboración se
concretó en la contratación habitual de DJs estadounidenses en el club
berlinés. Algunos de ellos llegaron incluso a residir en Berlín, como
Jeff Mills y Blake Baxter. Todo ello tuvo su materialización en el plano
musical. Con el apoyo de Tresor, Underground Resistance publicó la
serie de discos X-101/X-102/X103 y Juan Atkins colaboró con Moritz Von
Oswald y Thomas Fehlmann bajó el nombre 3MB. Además, el sello Basic
Channel, muy vinculado a Tresor, consiguió que su material fuera
masterizado en la National Sound Corporation de Detroit, la principal
casa de masterización.
El hardcore es un estilo
derivado del techno que desde su nacimiento ha gozado de gran
popularidad en Europa, especialmente entre jóvenes de clase obrera. Nace
entre principios y mediados de los años 1990 en varios lugares
simultáneamente, entre los que se encuentran Holanda, Alemania, Italia,
Bélgica y Gran Bretaña. El estilo se caracteriza por un tempo rápido o
muy rápido (normalmente por encima de 180 bpms) muchas veces construido
mediante la aceleración de los discos de techno. Es habitual el uso
distorsionado y rítmico de sonidos de carácter industrial.